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jueves, 1 de octubre de 2009

Que es la Re encarnaciòn ?


Este concepto tiene un amplio espectro de significados según la filosofía o religión en la cual tratemos de documentarnos. Van desde la negación rotunda como en la religión Católica o la aceptación total en las religiones budistas e hinduistas.
En algunas filosofías se concibe que el Alma humana puede tomar cualquier forma entre una vida y otra, siendo en unas vidas hombre, en otras mujer y en otras algún animal e inclusive en algunas vidas puede adoptar la forma de una planta o de alguna piedra.
Desde el punto de vista científico esto es visto como algo lógico; dado que nuestros cuerpos están compuestos por moléculas las cuales al morir, se vuelven a integrar en la composición química de algún otro cuerpo de este planeta, volviendo a “reencarnar” de esa forma. Claro que lo que se busca saber es si la “consciencia” de una persona en una vida trasciende después de la muerte y vuelve a tomar forma corporal, o sea reencarnar. Hay casos documentados de personas que muestran tener conocimientos cuya única explicación es por medio de la reencarnación.
La ciencia actual considera que la consciencia de un hombre reside solo en la combinación particular de conexiones sinápticas del cerebro; al morir, este entramado cerebral se pierde, por lo que no se admite que sobreviva ningún tipo de conciencia después de la muerte de un individuo. La religión Católica establece que solo se tiene una vida, y
que hay que aprovecharla para vivir una vida recta y de bien. Pues Dios en su infinito Amor creó el Cielo y el infierno; si te portaste bien vas al Cielo y si te portaste mal te vas a vivir eternamente al infierno, sin posibilidad de retorno alguno. Claro que hay excepciones y se pueden obtener permisos especiales para que esto no les suceda a personas influyentes con dinero. Las religiones orientales definitivamente creen en la reencarnación en la cual el Alma de un individuo tiene sucesivas vidas para
poder vivir su Karma; si haces el bien, acumulas buen Karma y en tu siguiente vida vives una vida de alegría, si haces el mal, acumulas mal Karma y en tu siguiente vida vives una vida de sufrimiento.
De esta forma es más fácil explicar las terribles desigualdades que existen en la humanidad, incluso entre recién nacidos y conciliarlas con un Dios de Amor y Misericordia. Por ejemplo un bebè nacido con terribles deformidades, en una situación económica muy precaria, se debe a que viene a pagar acciones de terrible maldad que cometió en vidas pasadas.
Las religiones Católicas toman otra postura y explican que ese bebé es la oportunidad que tiene Dios de mostrarle a los demás hombres su poder cuando de pronto obre un milagro curativo en esa persona y en caso de que dicho milagro nunca ocurra, se le compensará con un buen lugar en el paraíso (siempre y cuando esa persona no haya incurrido en pecados graves en cuyo caso opta por la opción “b” y va al castigo eterno.

Esto quiere decir que en la religión católica el nacer como una persona desesperada, además de deforme, feo, pobre y enfermo no te garantiza el paraiso)

La ciencia solo explica que así es la vida, algunos tienen suerte y otros no, ni modo. Lo único que acepta es la casualidad. En cualquier caso la mayoría de las filosofías ven a la rueda de reencarnaciones o Samsara como una especie de maldición de la cual hay que salir lo más pronto posible, pues inevitablemente, en nuestra condición humana vamos a sufrir y a morir tarde o temprano.
Se dice que el Alma vive en un mundo perfecto, pero por alguna razón inexplicable, comete un error misterioso que la hace descender al mundo mortal e imperfecto, en el cual queda atrapada en la rueda del Samsara, como en una trampa sin, o casi sin, salida.
Los Maestros nos dan un punto de vista bastante diferente, el cual coincide con algunos puntos de todas estas filosofías y religiones, poniéndolo en un contexto más lógico. En primer lugar el Samsara no es una maldición en la cual el Alma cae por haber cometido un “error”, el Alma es perfecta y sabia y por lógica no comete “errores”.
El Alma (la cual es una proyección viviente del Ser Divino, de esto hablaremos más en otros artículos) encarna con el fin de proseguir su evolución cósmica, y el perìodo en que mantiene un cuerpo físico en tercera dimensión, con las limitaciones humanas de todos conocidas, es limitado a unas 700 encarnaciones humanas, aproximadamente. Antes hay una serie de encarnaciones como antropoide y después algunas más como humanoide. Después comienza su evolución encarnando como suprahumano.
Esta etapa de evolución (como antropoide, como humanoide y luego como humano) es eso, una etapa, un periodo de vivencia que le permite continuar su evolución, no es una caída o descenso debido a un error Es una oportunidad que el Alma Humana utiliza para evolucionar, este, su camino, la distingue de otras Almas No-Humanas que llevan otro proceso de evolución.
Durante cada vida humana, es claro que se van a cometer errores que generen Karma, los cuales se van a pagar en esa vida o en las vidas siguientes dependiendo de lo que considere más conveniente el Alma (pero inevitablemente, se acaban pagando ).
Es decir que una vida donde que se lleva llena de Amor y Servicio, provoca que se tenga una re-encarnaciòn donde todo va a ser más armonioso y feliz y que una vida de maldad y crueldad provoca que una de las siguientes sea en condiciones muy desfavorables y angustiantes.
Esto hasta que el Alma complete su programa evolutivo, en el cual logra la activación de ciertas capacidades, facultades y potencialidades y una vez hecho esto, termina su etapa evolutiva humana limitada. Cualquier Karma que pudiera quedar “pendiente” en la muerte de su última vida humana en tercera dimensión, el Alma recurre a un sistema parecido a un purgatorio para saldar cuentas y quedar totalmente “limpia” de deudas.
No se necesita de un infierno donde se paguen trasgresiones finitas con castigos infinitos, y por lo tanto no se requiere de algún supervisor o dueño de dichos infiernos.
Tampoco es posible que un Alma Humana encarne como perro o se vuelva ballena o delfín, como tampoco es posible que eventualmente un Delfìn encarne en humano después de un número determinado de vidas.
Los maestros nos dicen que esto es tan imposible como que una célula cardiaca sana, de pronto se convierta en una célula hepática, cada una tiene su función y sus procesos evolutivos.
Es importante considerar que no todas las vidas son de sufrimiento y limitaciones, hay muchas vidas de abundancia, derroche y placer, digamos que el Alma tiene así la oportunidad de formarse una perspectiva muy amplia, y muy completa de lo que significa ser humano y tiene asì un criterio muy amplio y equilibrado. Con ese mismo fin, se encarna un cierto número de veces como hombre y otras veces como mujer, al igual que se va encarnando en distintas razas humanas y en distintas localidades geográficas.
Entre una vida y otra, el Alma coloca en el individuo unos velos de amnesia que evitan que recordemos las vidas de individuos que no tienen nada que ver con nuestra vida actual, y cuyo recuerdo no aportaría ningún recurso valioso para el desempeño de esta vida.
Por ejemplo: El hecho que fui un médico medieval no me aportaría ninguna ventaja si en esta vida, en el siglo 21, soy taxista; por lo tanto, el recuerdo de todas esas experiencias solo es valioso para el Alma de la cual yo soy un eslabón. Aunque es cierto que existen diversas técnicas para “echar uno que otro vistazo” a algunos instantes de las vidas encarnadas de nuestra Alma (de cierta forma esas encarnaciones pasadas son como las vidas de nuestros hermanos, dado que nuestra Alma es la madre de todos nosotros) en los Centros Relax hay recursos tanto para echar un vistazo, como Para borrar recuerdos que puedan estar alterando la salud de la persona.
De esta forma, nos es posible comprender un poco mejor, las aparentes injusticias que vemos y también obtenemos una perspectiva más serena con respecto al proceso de la muerte y de lo que ocurre con nosotros o con nuestros seres queridos.
Algo también importante es que nos liberamos del concepto erróneo de Dios como un ser que castiga de forma aleatoria o incomprensible.




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